Los usuarios de la carretera desconocemos en base a qué criterios una carretera ha sido diseñada y operamos a la velocidad que nosotros mismos escogemos en base a criterios relacionados con nuestra comodidad, el riesgo que estamos dispuestos a asumir, el propósito del viaje y las características de la vía, entre otros. Esta velocidad es conocida como velocidad de operación (V85).
Por otro lado, los ingenieros definen el trazado de la carretera en función de la velocidad de diseño o proyecto (Vd). Esta velocidad depende del tipo de carretera (autopista o autovía, carretera multicarril, carretera convencional, travesía…), su funcionalidad (accesibilidad y movilidad del tráfico), el confort, la seguridad, la orografía y el entorno, entre otros criterios.
De estos dos conceptos de velocidad surge una pregunta muy interesante: ¿Qué ocurre si estas velocidades son muy dispares? A continuación, se presenta un vídeo didáctico sobre el concepto de velocidad de operación y, finalmente, respondemos a la pregunta planteada.
Velocidad de operación
El siguiente vídeo introduce el concepto de velocidad de operación y presenta cómo obtener esta velocidad en carreteras existentes y en fase de diseño. Concretamente, cuando finalices la visualización de este vídeo serás capaz de:
- Definir el concepto de velocidad de operación.
- Determinar la velocidad de operación en vías existentes.
- Estimar la velocidad de operación a partir de modelos.
- Representar el perfil de velocidad de operación.
Diseño Vs. Operación
Ahora que ya conoces bien qué es la velocidad de operación y serías capaz de estimarla, estamos en condiciones de responder a la pregunta que nos habíamos planteado al inicio de esta entrada: ¿Qué ocurre si la operación de los usuarios de la vía no se corresponde con las características de la vía?
Pues bien, podemos decir que una carretera responde a las expectativas de los conductores cuando a lo largo de su trazado las velocidades de operación son similares a las velocidades que los distintos elementos de la carretera nos permiten alcanzar. Obviamente, el problema surgirá cuando nosotros, como conductores, queramos recorrer un determinado elemento viario con una velocidad de operación superior a la velocidad con que ese elemento viario ha sido diseñado. Como podréis imaginar, en estos puntos del trazado es donde habitualmente se concentran los accidentes de tráfico.
Por tanto, si queremos diseñar carreteras más seguras será imprescindible que comprobemos que el diseño que hemos desarrollado está en consonancia con las velocidades de operación que los usuarios de la vía experimentarán una vez esté construida nuestra carretera.
Para ello podemos estimar la velocidad de operación mediante modelos y, posteriormente, analizar la consistencia de la carretera, que se define como el grado de adecuación entre las expectativas de los conductores y el comportamiento de la carretera.
En la próxima entrada del blog se presentarán distintos modelos de consistencia con el fin de que seas capaz de diseñar carreteras más seguras. ¡No te lo pierdas!
buenas tardes, se podría trabajar con 2 velocidades de diseño, por ejemplo se hizo un tramo y en cierto punto es necesario disminuir la velocidad para mayor seguridad del conductor o se tiene que realizar para todo el tramo la misma velocidad de diseño