Carriles bici seguros

Uno de los principales objetivos del Proyecto esMicromobility, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, es evaluar e identificar qué tipo de pavimento es más seguro y cómodo para los usuarios de micromovilidad (ciclistas, usuarios de patinetes eléctricos, etc.).

Concretamente, en esta entrada hablaremos de la seguridad que ofrecen los distintos tipos de pavimentos que han sido identificados en la ciudad de Valencia -pavimento asfáltico, pavimento de hormigón, baldosas lisas y rugosas pintadas y adoquín- desde el punto de vista de su resistencia al deslizamiento.

Introducción

La nueva movilidad ha generado un aumento de los accidentes en los que se ven involucrados los usuarios, principalmente de bicicletas y patinetes eléctricos, y buena parte de esos accidentes se deben a caídas en los que solo el propio usuario está implicado. 

En 2018 el número de accidentes en zona urbana con vehículos de movilidad personal involucrados no llegó a 200 -199, en concreto-, y en 2021 este número ascendió a 2541. En el caso de las bicicletas, el número de accidentes fue relativamente estable en este periodo de tiempo, pasando de 5.384 a 5.712. De todos ellos, en 2021, último año del que se disponen datos oficiales, el 27% de estos accidentes se produjeron durante la circulación de un patinete eléctrico o una bicicleta sin interacción con otros usuarios. 

En la mayoría de los casos, el factor principal de la ocurrencia de este tipo de accidente es el estado del pavimento en términos de resistencia al deslizamiento. Por ello, el estudio de esta característica superficial del pavimento es crucial para mejorar la seguridad de los carriles bici. La resistencia al deslizamiento influye de forma determinante a la hora de acelerar, frenar y mantener la trayectoria en los giros de la bicicleta o patinete de forma segura, sin riesgo de resbalar o derrapar.

Resistencia al deslizamiento

La resistencia al deslizamiento de los pavimentos fue determinada en un total de 17 puntos de observación a lo largo de la infraestructura ciclista de la ciudad de Valencia a través del Péndulo Británico (Figura 1).

Figura 1. Péndulo Británico.

De los diferentes pavimentos analizados, el asfáltico, los de hormigón y los de baldosas rugosas proporcionan una resistencia al deslizamiento adecuada y, entre ellos, los dos primeros son los que mayores prestaciones ofrecen, ya que generan menores vibraciones y, por tanto, un desplazamiento más cómodo (ver Figura 2). Por el contrario, los de adoquines pintados y las baldosas lisas pintadas no cumplen con los requisitos necesarios, y la probabilidad de que se produzcan caídas, colisiones y conflictos entre los usuarios de bicicletas o patinetes, los peatones y el tráfico motorizado es mayor (ver Figura 2).

Figura 2. Coeficiente de Resistencia al Deslizamiento (CRD) en los puntos de observación: A = Pavimento asfáltico; C = Pavimento de hormigón; PC = Adoquín; RPT = Baldosa rugosa; SPT = Baldosa lisa.

Distancia de frenado

Adicionalmente, se observaron las velocidades de operación de los usuarios de bicicletas y patinetes eléctricos para analizar su comportamiento y la influencia de los pavimentos en la distancia de frenado. Como conclusión, los pavimentos que proporcionan una mayor adherencia -pavimento bituminoso, de hormigón y de baldosas rugosas pintadas- permiten una reducción de la distancia de frenado requerida de hasta el 7,5%, mientras que el pavimento de baldosas pintadas lisas aumenta la distancia de frenado requerida en un 7% cuando se circula a 20 km/h (velocidad límite en carriles bici), con el consiguiente riesgo (ver Figura 3).

Figura 3. Distancia de parada según tipo de pavimento.

Buenas prácticas

A partir de los resultados obtenidos, se establecen las siguientes recomendaciones:

  • En las vías compartidas por vehículos motorizados y usuarios de bicicletas o patinetes eléctricos, así como en los carriles bici en calzada delimitados con marca vial, se debe emplear un pavimento asfáltico.
  • En los carriles bici protegidos se recomienda la disposición de un pavimento asfáltico, aunque también se podría utilizar un pavimento de hormigón.
  • En los carriles bici situados en aceras la mejor opción son las baldosas rugosas, ya que las vibraciones que experimentan los usuarios podrían incitarlos a reducir su velocidad y, consecuentemente, minimizar los conflictos con los peatones. 

Los resultados de este estudio pueden servir de base para la mejora de la seguridad de la infraestructura de la micromovilidad. En la elección de los pavimentos para carriles bici de nueva construcción es fundamental tener en cuenta un parámetro como la resistencia al deslizamiento, acompañado siempre de un control preventivo durante la vida útil del pavimento.

Para más información se recomienda consultar la siguiente publicación científica:


Este estudio forma parte del proyecto de investigación “esMicromobility – Evaluación de la Seguridad Vial de la Micromovilidad”, con referencia PID2019-111744RB-I00, financiado por MCIN/AEI/10.13039/501100011033.


 

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